Geishas y samuráis, kárate y bonsái: ningún país de Asia ha tenido una influencia comparable en la cultura occidental y el desarrollo global como Japón.
Es un país lleno de belleza, exotismo... y contrastes. Megaciudades deslumbrantes como Tokio, Osaka o Yokohama por un lado, volcanes escarpados, resplandecientes lagos de montaña y templos remotos por el otro.