En La importancia social del drama moderno, Emma Goldman nos invita a ver el teatro como mucho más que entretenimiento: es un espacio de denuncia, reflexión y transformación social. Con su aguda mirada, la autora analiza cómo grandes dramaturgos como Ibsen, Strindberg, Hauptmann y Shaw rompieron esquemas, sacudieron conciencias y pusieron sobre el escenario las injusticias de su tiempo.