En China, el dragón tiene un significado completamente diferente al que se le da en el mundo occidental. El dragón es un símbolo de la fuerza excitante, dinámica y cargada de electricidad que se manifiesta en la tormenta. En invierno esta energía se retira a la tierra; a principios del verano vuelve a estar activo, apareciendo en el cielo como truenos y relámpagos. Como resultado, las fuerzas creativas en la tierra comienzan a moverse de nuevo.