Los personajes y las situaciones parecen formar parte de nuestro presente, en el cual nos enfrentamos, cada uno a su manera, a los mismos y eternos dilemas de Hamlet.
Y aunque veamos a los personajes en el traje de época y hablando un lenguaje muy diferente del nuestro son contemporáneos a nosotros. En eso reside la persistencia de esta obra que casi no ha dejado de representarse y leerse durante cuatro siglos