Desobedecer puede ser una buena idea. Ser ordenada siempre es lindo y poderoso, claro, pero salirse del huacal vuelve interesantes las cosas cuando los mandatos son aburridos, cuando no nos dejan movernos a nuestras anchas, sobre todo cuando dañan nuestra alma. En esos casos hay que inventarse oportunidades propias para hacer descubrimientos y brillar como diamantina. Las mujeres de este libro se han reunido para contarte cómo le hicieron, cuánto buscaron hasta salirse con la suya.