“Full Stop” es la pausa necesaria para salir del piloto automático con que vivimos. Nos propone parar de correr, detenernos y preguntarnos hacia dónde vamos, para qué corremos y cómo queremos vivir. Es una práctica sencilla y posible que nos ayuda a eliminar la angustia que produce el pasado y la ansiedad del futuro; al tiempo que nos pone en contacto directo con la experiencia de libertad que significa vivir en el presente.