Las agudas observaciones de Frin y su absoluta falta de inclinación por negociar quién es, lo que le gusta y lo que no, hará que los lectores encuentren en él un espejo y también un modelo a seguir. Frin acaba de entrar a la escuela y tiene un nuevo amigo, Lynko. Ambos comparten los mismos gustos y enemigos. Además, disfrutan mucho de andar en bici y están enamorados: Frin de Alma y Lynko de Vera.