¿Qué pasaría si pidiéramos ayuda a Dios y este apareciera? El yate de lujo Galaxy se ha hundido en el océano Atlántico, y, de los más de cuarenta pasajeros, solo se han salvado nueve.
Después de tres días sin agua, comida ni esperanza, los náufragos encuentran a un hombre flotando entre las olas y lo rescatan. «Yo soy el Señor», susurra el extraño.