El Miguel de Cervantes que estas páginas pretenden retratar, persigue sólo al hombre que, para serlo, escribe. Pero este hombre, además de escritor, fue también soldado, recaudador de impuestos, comisario de abastos, administrador de fincas, contable, editor, y posiblemente historiador por encargo, porque la pluma nunca le proporcionó medios suficientes para vivir de la escritura.