No lo pensé pero si lo hubiera pensado hubiera llegado a la misma conclusión y también se lo habría dicho. Tal vez había sido lo que el policía pensaba de mí, tal vez porque me acordé de que mi tío me había enseñado que no había que dejarse paralizar por el temor, tal vez porque sabía que más tarde me iba a encontrar con mis amigos y que ellos no me iban a fallar nunca y que por eso yo tampoco podía fallarles a mis seres queridos, tal vez porque quería ver la cara de patricia setenta años más joven, o tal vez simplemente porque se trataba de la pelota de maradona.