El reino de Kandala está al borde del colapso.
Las peleas entre los distintos sectores no han hecho más que empeorar desde que una enfermedad empezó a arrasar las tierras, y el único remedio conocido, el elixir preparado con pétalos de flor de luna, está seriamente limitado. El rey se aferra a una paz endeble con mano implacable.