¿Puede una madre desear la muerte de su hija antes que verla casada con un hombre que no aprueba? Para doña Perfecta, mujer de carácter dominante y ferviente católica, no hay claroscuros en la vida; a pesar de que ella misma arregló el matrimonio de su hija Rosario con el ingeniero Pepe Rey, y de que los novios congeniaron apenas se vieron, al conocer las ideas liberales de su sobrino y futuro yerno, hará cuanto esté a su alcance por evitar dicho enlace, desde pequeñas intrigas hasta acciones atroces.