Miss Renshaw, amante de la poesía y detractora de la pena capital, lleva de excursión a su pequeño grupo de alumnas a un jardín botánico para que “mediten sobre la muerte”. Ahí conocen a Morgan, el extraño guardián del parque, quien las conduce a una cueva para mostrarles algunas pinturas rupestres de aborígenes. Las niñas, a quienes la cueva atemoriza desde que entran, abandonan el sitio hasta que sólo les queda esperar por Morgan y su maestra, quienes no vuelven a aparecer.