Sólo con las antiguas restricciones, el verdadero conocimiento de la gnosis podrá volver a formar parte de las enseñanzas cristianas; la idea de rebajarse al nivel de la capacidad de los menos desarrollados tiene que ser definitivamente abandonada. Para restaurar el conocimiento oculto es necesario dar enseñanzas que estén por encima de la comprensión de los no evolucionados y comenzar con el estudio de los misterios menores antes de proceder a los grandes misterios,