La sociedad actual, obsesionada por la rapidez y el éxito, satura a los niños con estímulos constantes. Pero esa presión, lejos de beneficiarlos, les provoca ansiedad, problemas de conducta y bajo rendimiento escolar.
En este libro, Kim John Payne se pronuncia por la sencillez y reivindica el espacio y la libertad que un niño requiere para que florezca su individualidad.