Hace mucho tiempo, apenas terminada la Edad Media, existió un lugar en el que se suscitó un milagro.
Cuando la sequía llevaba más de diez años asolando Europa central, el descubrimiento realizado por un campesino alemán logró convertir el Condado de Kirscht es una próspera zona, que no solamente llegó a producir suficientes alimentos para su comodidad, sino que, al exportarlos fuera de sus fronteras, salvó a Europa de una inminente catástrofe.