Ámbar perseguía la libertad, esa era la palabra que marcaba su camino. Volaba de un lado al otro en búsqueda de un lugar donde por fin se encontrase a gusto, un sitio que la hiciera sentir parte de algo, de un todo. Pero nunca lo hallaba, porque cuando la novedad pasaba, simplemente todo se repetía en su interior, los recuerdos y temores afloraban, y ella volvía a huir. Mariano estaba lleno de estructuras y organización, esa era la forma como lograba sobrevivir y destacarse en la vida académica, a pesar de su discapacidad. Necesitaba crear una fortaleza en torno a su persona, asegurarse de que nada pudiera sabotear todo lo que había logrado. Para ello, tenía solo dos armas: su inteligencia extrema y el poder que le Otorgaba su cargo. Con ello manejaba a los que lo rodeaban, lograba que le temieran porque pensaba que solo con el miedo obtendría el respeto que tanto ansiaba.