¿Estás cansada todo el tiempo? ¿Mareada? ¿Te es imposible perder peso de manera duradera? ¿Sufres de insomnio o ataques de pánico? Y, sin embargo, tu doctor insiste en que tus estudios médicos son normales y te dice que lo único que necesitas es comer menos y ejercitarte más, ¿cierto? No hay nada más frustrante que la sensación de sentirte mal y que nadie, ni siquiera tu médico, acepte que tu sufrimiento es real.