El caos en el sentido físico y matemático (el caos determinista) no es un desorden total ni se debe a la ausencia de reglas. Más bien al contrario, lo interesante del caos determinista es que puede apreciarse en los caprichos de la meteorología, las sorpresas de la economía mundial y las variaciones de los ritmos del organismo. Se trata de un desorden ordenado, un determinismo disfrazado de azar que ha dado pie al surgimiento de la ciencia de la complejidad.