Pensilvania, 1979. Llega un extraño a una gasolinera para reposar. Conduce un Buick modelo 1954 pero en perfecto estado.
El conductor va al baño y nunca reaparece. La policía se hace cargo del coche que ahora no funciona, y lo guarda en una nave detrás de la comisaría. Y aquí empieza una historia escalofriante, la historia de un coche perverso y malicioso, con vida propia.