Berthe Morisot (1841-1895) fue la primera mujer representante del impresionismo. Al principio todavía trabajaba fuertemente influenciada por el estilo de Manet.
Pero rápidamente desarrolló su propia escritura única. La artista se convirtió cada vez más en un modelo a seguir para sus colegas masculinos. Las obras de Morisot muestran la vida burguesa de su tiempo con colores brillantes.