Desde hace un tiempo, Enzo está rarísimo. Ya no va a jugar ni a nadar con sus amigos después de la escuela. Incluso se negó a bajar a comer la tarta de manzana del señor Mauricio. Mia, Tim, Rose y Sam están preocupados por saber qué le pasa y descubren que Enzo se ha vuelto adicto a la computadora. Por suerte, para cada problema hay una solución, sus amigos le ayudarán a expresar lo que siente y juntos encontrarán ¡la alegría de vivir desconectados!