El sábado 16 de diciembre de 1944 Hitler inició su“última jugada”en los bosques nevados de las Ardenas. Su intención era realizar un ataque por sorpresa que, avanzando hacia Amberes, dividiese los ejércitos aliados e hiciese posible infligirles una severa derrota: un nuevo Dunquerque que cambiase el curso de una guerra que había llegado a una situación angustiosa, con los ejércitos soviéticos avanzando en suelo alemán.