Cuando Franklin se da cuenta de que todos sus atletas favoritos tienen apodos divertidos, decide que él también quiere uno. Así que les pide a todos sus amigos que lo llamen la flecha.
Sus amigos le hacen ver que los apodos nunca los escoge uno, sino que las personas te dan uno basándose en lo que haces. Deciden que deberían llamar lento a Franklin, porque sus movimientos son lentos.