Nuestros cerebros hacen todo lo posible por ayudarnos, pero a veces pueden comportarse como unos verdaderos imbéciles. Se empeñan en atraparnos, iniciando una discusión estéril, convirtiéndonos en adictos o encerrándonos en nosotros mismos.
Y, por mucho que les pedimos que dejen de hacerlo, parece que tienen voluntad propia. Pues bien, para eso está este libro.