En un mundo en que la violencia parece aumentar en todas sus formas, Erich Fromm trata esta inquietante cuestión con hondura y amplitud. Va mas allá de las trincheras de la actual controversia entre los instintivistas (Lorenz) y los conductistas (Skinner). Fromm demuestra en el hombre una agresión de índole defensiva, destinada a garantizar su sobrevivencia, y que es la que comparte con los animales.