En la Casa de Atrás escribí un diario que se ha hecho famoso en el mundo entero . . . y que se ha convertido en el símbolo del Holocausto.
Mi voz habla ahora en nombre de seis millones de inocentes asesinados en la Segunda Guerra Mundial. Espero que mis palabras sirvan, sobre todo, para hacer reflexionar sobre la locura y la barbarie de la guerra.