Un latte robado. Una pequeña mentira. Un chico demasiado guapo. Y uno de esos encuentros que solo ocurren en las mejores películas. Isabella Shay suele ser una persona muy honesta. Pero cuando está a punto de llegar tarde a su primer día en el trabajo de sus sueños y oye al barista llamar tres veces a «Amy» sin obtener respuesta, no se lo piensa dos veces, y se hace pasar por Amy.