Londres. Corre el año 1967 y Pauline deambula sin rumbo por la mágica metrópoli contracultural de los sesenta. Tiene 21 años, trabaja en una agencia de secretarias y no suele desmelenarse, pero un inesperado encuentro cambiará radicalmente su vida: una tarde recibe la llamada de un sujeto que necesita transcribir las letras de un disco. Es Frank Zappa.