Hay una cualidad en la memoria de Gilberto Guevara, combinación de la voluntad analítica y documental con la fuerza emotiva de la evocación que vuelve a preguntarse una y otra vez, sobre las claves del 68 en sus diversas etapas; sobre el lado luminoso de una sociedad civil que despierta un letargo opresivo para cuestionar el lado oscuro de los manejos.