Los grandes hits no surgen de la nada, no se vuelven “virales” a partir de su mera calidad y la publicidad de boca en boca. Detrás de cada éxito hay una historia secreta de poder, influencia, sistemas de transmisión y admiradores apasionados. Y aun las ideas más brillantes mueren si no logran conectar con el público que más importa: los amigos, seguidores e imitadores de la audiencia inicial.