La autora aborda el estudio de la creatividad como base de la educación infantil. En su opinión, el medio más adecuado para desarrollar esta actitud es la actividad artística, en sus expresiones plástica, oral y corporal.
Espriú Vizcaíno destaca la importancia de que el maestro, o el padre de familia propicien ambientes sociales y educativos flexibles, es decir, con las condiciones necesarias para que el niño se sienta confiado y pueda manifestar espontáneamente su capacidad creadora, sobre todo para detectar, enfrentar y resolver problemas con originalidad, utilizando el pensamiento divergente.